Para
Iván Suárez (bajista de Libellula), un gran sueño comenzó a tomar forma en 2010,
mientras se hallaba en la búsqueda de un tipo de música que mezclara los
estilos de conjuntos como The Gathering, The Sins of Thy Beloved y The Third
and the Mortal, que combinan las voces femeninas con las guturales, y en el
caso de The Gathering se deja influir por los ritmos de Trip rock propias de
esta banda.
Como
primer paso, Iván incursionó en los teclados y, con la ayuda de Omar Eduardo
(tecladista de Lilith), preparó varias canciones y parcitipó con ellas en el
festival Illimani Metal Fest de 2013.
Por
aquel entonces, ese proyecto se llamaba Etérea.
Según
Iván, lo más difícil de incursionar solo en un proyecto es no poder contar con
músicos estables y tener que preproducir, producir y grabar con sus propios
recursos. Por eso no tardó en incorporar a Karim Patón (exvocalista de
Libellula) en su nueva aventura.
Karim
comenzó a encargarse de las melodías y las letras de las composiciones. Y así
nació Kaiseki, una nueva banda de la escena paceña.
A
finales del siglo XVI, el kaiseki era
una comida ligera que se servía durante la ceremonia del té japonesa, en medio
de un ritual en el que la preparación y el servicio eran muy importantes.
“Me
gusta el estilo 80 pop-dark de Karim. Siempre quise trabajar con ella. Pienso
que es un gran aporte para consolidar la nueva propuesta”, comenta Iván. Y
también dice que le gustaría contar con músicos invitados en determinados
momentos.
El
primer EP de Kaiseki está en proceso producción y se espera que a fines de año
vea la luz su primer corte.
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